No sé si a otros igual que a mí conduele, pero a mí compunge y duele…
Niños casi jóvenes y jóvenes ya casi viejos a penas comenzando el largo y empinado pugnar con la vida, deambulando por las limpias y adornadas calles y aceras de Medellín con sus pies totalmente desnudos…
Se ve fúlgida y notoria la buena calidad de la calzada de éstas calles y aceras Medellinenses, vestidas del mejor asfalto y bella cerámica; mientras son tímidamente pisadas por unos tiernos y blancos pies huérfanos de zapatos.
Igual que zombies o autómatas embebidos en sus alucinaciones por la inhalación de pegamentos, uso exclusivo para zapatería, suelen rondar frente a nosotros y no les vemos…
“Pero hemos cerrado los ojos para poderles ver y , ahora les vemos con los ojos del
alma.”
Entre mi observar y sentir la pena y la desdicha, “Tropiezo” con un slogan empuñado por manos jóvenes: “Educación obligatoria para menores de quince años”. De manera súbita aplaudo éste sabio pensar de los grandes y, es cuán intensa mi alegría que en mi regocijo expresivamente humano logro ver y sentir la estética de muchos pies dignamente calzados y, la tan anhelada armonía en el semblante de numerosos rostros agradablemente cultos y educados.
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