En noches oscuras y silenciosas
llegan cual fantasmas sus recuerdos
a arañar la tranquilidad de mis sueños...
No quiero recordarla;
pero, a mí llega su recuerdo...
no quiero recordarla porque
cuando la recuerdo; ¡siento que me muero!
Alegrías y tristezas la recuerdan,
un corazón de oro tenía ella;
su alma, fino diamante era...
¡La parca la arrebató en plena primavera!
¿Dónde estás ahora...
a dónde te llevó la muerte
en sus regazos?
Partió mi corazón en mil pedazos...
mi alma gélida pregunta entre sollozos:
¿Dónde estás ahora que no te tengo
entre mis brazos?
Jorge Wilson Muriel M.
jueves, 24 de mayo de 2012
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